CARDIFF, Gales.- Con coraje, pero también con talento, Los Pumas vencieron hoy a Irlanda por 43-20 en el Millennium de Cardiff y avanzaron a las semifinales de la Copa del Mundo de rugby, en la que se medirán el domingo 25 de octubre con Australia.
El conjunto nacional arrancó jugando de forma brillante y en menos de 15 minutos ganaba por 17-0 ante la desazón de la gran mayoría de los 72 mil espectadores que estuvieron en el estadio galés. Ahí reaccionó Irlanda y se vino, a tal punto que al promediar el segundo tiempo, Argentina ganaba sólo por 3 puntos y, por momentos, se veía dominado por su adversario, apuntó DyN.
Pero, en ese momento, después de que Ian Madigan fallara un penal que pudo haber equilibrado las cosas, apareció en todo su esplendor el elenco albiceleste, que cuando tuvo que defender, resistió, y cuando tuvo que atacar, mostró el talento de sus tres cuartos y terminó liquidando el partido con sus hombres más ligeros.
Dos tries de Juan Imhoff y otros de Matías Moroni y Joaquín Tuculet, más 23 puntos que llegaron gracias al pie derecho de Nicolás Sánchez, le dieron este inolvidable triunfo al seleccionado argentino, que por segunda vez estará en una semifinal de un Mundial, como en Francia 2007.
Los primeros 15 minutos de Los Pumas fueron brillantes, los mejores del Mundial. El equipo fue para adelante con los forwards -tremendo Pablo Matera- y a los backs les llegaron pelotas de calidad para definir.
Fue así que a los 3 minutos, Tuculet ganó una pelota arriba, Matera quebró un par de fases después y la pelota voló hacia la punta izquierda donde Matías Moroni llegó al ingoal.
Y a los 9, llegó el segundo try después de un kick de Santiago Cordero, que Imhoff logró capturar casi en el final del ingoal irlandés para que el partido, tras la conversión de Sánchez, quede 14-0.
Enseguida el apertura tucumano marcó un penal y estiró diferencias mientras los europeos no encontraban la pelota y además habían perdido por lesión a Tommy Bowe.
Pero, una infracción tonta de Ramiro Herrera dejó al equipo albiceleste con un jugador menos por diez minutos y en ese lapso, después de un intercambio de penales entre Madigan y Sánchez, Irlanda volvió a meterse en partido con un try de Luke Fitzgerald, que nació en una réplica después de que el "diez" albiceleste estrellara un penal en el poste.
De ahí en más, Irlanda, alentado por una multitud, equilibró el trámite y por momentos pasó a dominar. Los Pumas ya no tuvieron tantas pelotas de calidad, pero defendieron bien y se fueron al vestuario ganando por 20-10. El segundo tiempo peor no podía arrancar. Un error defensivo le permitió a Jordi Murphy llegar por al try e Irlanda se puso a tan sólo tres puntos.
Un penal de Sánchez pareció tranquilizar las cosas, pero enseguida Madigan puso una vez más a su equipo ahí nomás. Dominaba Irlanda, que ganaba en la zona de contacto y conseguía buenas pelotas en las formaciones fijas.
Pero, llegó el minuto 19 y en el mismo Madigan desperdició un penal factible, que desmoralizó a su equipo y puso de nuevo en partido a Los Pumas.
Los cambios también hicieron repuntar al equipo albiceleste, como el ingreso de Julián Montoya, un hooker de gran futuro, y el de Tomás Cubelli, que tranquilizó al equipo.
Y cuando la desesperación se empezó a hacer carne en los jugadores irlandeses, apareció la magia de los backs.
Tuculet apoyó con lo justo en la bandera izquierda y trajo tranquilidad. E Imhoff desparramó rivales para sellar una victoria histórica de un equipo que respetó sus convicciones. Jugó como pretende su entrenador y ganó a lo grande.
Párrafo aparte para algunas actuaciones individuales descollantes, como las de Matera y Juan Martín Fernández Lobbe entre los forwards, y las de Tuculet, Imhoff y Sánchez, entre los backs.
Pero, el triunfo fue mérito de un gran equipo que en los dos últimos años cambió radicalmente. Su entrenador se la jugó, convenció a sus dirigidos y el fruto de ese trabajo está a la vista.
Los Pumas están otra vez en semifinales, a las que entraron por la puerta grande como hace ocho años. Todavía hay margen para soñar, pero más allá de lo que pase en los dos últimos partidos, este equipo, uno de los más jóvenes de este Mundial, ya se ganó un lugar privilegiado en la historia grande del rugby argentino.